
Por: Juan José Posada Uribe
TAMPA FL — Cada paso de la vida sostiene el tiempo de la pisada. El conocimiento empírico muchas veces avasalla el académico y hacerse a pulso con lo que a uno lo apasiona resalta el interés por defender una idea en especial.
Una descripción a la medida para Luz Miriam Toro, embajadora por el mundo del arte precolombino, quien desea a capa y espada dejar huella profunda en el planeta a través de los objetos ancestrales de las culturas indígenas Tumaco y La Tolita de la Suramérica prehispánica.
“Lo que más me importa antes de mi muerte es hacer una exposición de estas piezas en un museo significativo, por ejemplo el Metropolitano de New York, y que desde allí se reconozca la cultura Tumaco – La Tolita y así fijarla en el mapa universal de la arqueología”, me comentó esta colombiana nacida en el año 1948 en el municipio de Barragán, Valle del Cauca.
Objetos que ruedan por el globo terráqueo y que datan de 500 años antes de cristo. Existen antecedentes que nos pueden llevar 2.500 años atrás. Cultura que se radicó en la costa pacífica de Colombia, entre Tumaco y la isla La Tolita en Ecuador, y que se extinguió antes de la llegada de los españoles a América.


“Se conoce a los Mayas, a los Aztecas, a los Incas y el resto de culturas son ignoradas. Aunque la arqueología colombiana es destacada por su magnífica orfebrería. No hay referencias monumentales de la arquitectura como pirámides y esto le resta interés a nuestros países”, explicó Toro quien quien durante su vida en Colombia fue una referencia relevante para el Arte Precolombino.
La antropología la apasionó desde muy joven, su interés por las culturas antiguas la llevó a estudiar objetos de culturas indígenas no solo de Colombia, si no de los países vecinos: Panamá, Ecuador y Venezuela; donde la arqueología precolombina es sígnificativa.
“En Venezuela por ejemplo la cultura de los Timoto-Cuicas, en los estados de Merida, Táchira y Trujillo, entre otras, que tienen objetos extraordinarios. En la Guajira venezolana se conocen múltiples hallazgos. La Venus de Tacarigua en el lago Maracaibo es otra representación magnifica”, relató Luz Miriam quien fue distinguida por Women Together en la Organización de la Naciones Unidas (ONU) en el año 2012.
La vida tiene sus encrucijadas y Luz Miriam las ha vivido. Perdió a su esposo Carlos Federico Lehmann a los dos años de estar juntos, un reconocido arqueólogo colombiano que sembró en ella el interés por el mundo de la arcilla cocida elaborada por nuestros antepasados indígenas.

“La familia de Carlos me fortaleció la idea de conocer y valorar el arte precolombino. Introduciéndome de lleno en la cultura de los Tumaco – La Tolita. Seguí su huella, y para el año 1971 en Cali se disputaban los juegos panamericanos y seguí adelante con una exposición de precolombinos que él adelantaba y desde allí comenzó todo”, recordó Luz Miriam quien en 2012 integró la lista de 100 colombianos destacados por su trayectoria laboral y social por parte de Presidencia de la República de Colombia.
Toro llegaría después a Bogotá, la capital colombiana, con un bebé y empezando de nuevo. La carrera de antropología no la pudo concluir, pero su fuerza por aprender no la detuvo, y cuanto seminario y conferencia precolombina se programaba, ella asistía. Al mismo tiempo iniciaba con sus primeros ahorros para construir su colección de objetos precolombinos y ampliar su conocimiento sobre estas figuras de arcilla y su valor comercial.
“El arte precolombino en Tumaco-La Tolita, tiene una base hiperrealista. Plasma escenas de vida como nacimientos, niños, adolescentes, circuncisión, enfermedades, deformaciones y acontecimientos de la tribu; es un álbum de momentos en arcilla. La cultura Tumaco – La Tolita era muy organizada. Por ejemplo en los matrimonios, este acontecimiento era captado por un alfarero, quien hacia el retrato por así decirlo, era el especialista que trabajaba el modelo y después por medio de un molde se hacían piezas en seríe que se regalaban como recuerdo a los familiares y amigos”, cuenta Luz Miriam.
Un trabajo que la ha cruzado con infinidad de interesantes personas y entre ellas la diseñadora de interiores y reconocida crítica de arte, la colombiana Amparo Uribe de Gartner, quien nos contó un poco sobre Luz Miriam, sus años de amistad y trabajo profesional.


“Es una autoridad mundial en el arte precolombino y sobre todo en la cultura Tumaco -La Tolita a la que ella ha contribuido con sus estudios profundos para hacerla conocer ya que era ignorada por muchos. Es consultada por museos, coleccionistas y galeristas de arte de todo el mundo”, narró la diseñadora de interiores.
Toro y Uribe se conocieron hace 42 años y han compartido infinidad de escenarios alrededor del mundo, todos girando a través del arte.
“Tiene una personalidad arrolladora, una creatividad indescriptible, incansable en su trabajo; pero sobre todo un amor profundo por nuestra cultura representada en el arte precolombino”, dijo Uribe Gartner.
Su amiga y socia, también destacó la labor altruista de Toro por ayudar a jóvenes promesas de importantes escuelas musicales en New York donde residió por 20 años hasta el pasado mes de Junio cuando se vino a instalar en la Florida.
Por su labor ha recibido en tres oportunidades reconocimientos en el Carnegie Hall durante el Manhattan International Music Competition (2017, 2018, 2019), y en el mismo concurso en Musikverein de Viena en el año 2019, ella desarrolla su colaboración con promesas musicales de muchas partes del mundo, ayudando a gestionar instrumentos, escenarios y estadías.
Para más información sobre Luz Miriam Toro pueden llamarla al celular 734 576 0984, visitar su Facebook https://www.facebook.com/luz.m.toro.758 o contactarla en su cuenta de Instagram @luzmiriamtoro55